DE ÚLTIMAS HORAS La lámpara de pie, callada. El silencio de las maderas ni árbol ni crepitación. Una oscuridad intermedia donde la luz envejece, noche cerrada, sueño, un escarabajo escudriña las grietas de un suelo de tablas. Aguas muertas en un vaso, desaliento, extiendo el brazo (¿duermo?) la sed (somera) insuficiente, vuelvo vertical al sueño. ¿Y si Dios fuera un bromista como un buen padre? ¿Ése que no te pasa la factura? Despertar como en aquel poema de Antero do Quental en la mano de Dios, en su mano derecha. Sentarnos a la mesa, coros celestiales el halo, gañe bajo la mesa un animal doméstico de porcelana. (José Kozer)
Wednesday, April 17
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DE ÚLTIMAS HORAS La lámpara de pie, callada. El silencio de las maderas ni árbol ni crepitación. Una oscuridad intermedia donde la luz envejece, noche cerrada, sueño, un escarabajo escudriña las grietas de un suelo de tablas. Aguas muertas en un vaso, desaliento, extiendo el brazo (¿duermo?) la sed (somera) insuficiente, vuelvo vertical al sueño. ¿Y si Dios fuera un bromista como un buen padre? ¿Ése que no te pasa la factura? Despertar como en aquel poema de Antero do Quental en la mano de Dios, en su mano derecha. Sentarnos a la mesa, coros celestiales el halo, gañe bajo la mesa un animal doméstico de porcelana. (José Kozer)