TEORÍA DEL GRAN IMPACTO Mi cuerpo es un extremo del tuyo. El instante rojo de mi nacimiento, el puñal de la sangre, el gozo o el grito, el cuerpo que se vacía, la placenta que conjuga el rojo con la sombra. Es preciso reconocerlo: dos cuerpos que fueron de uno solo no pueden tener un origen pacífico. No pueden permanecer intactos. Por ejemplo, la luna, que miramos sin miramientos, desvestida: te pregunté hace años cómo se había formado y me dijiste que la tierra la atrapó en su gravedad y le dio un trayecto y un destino. No es cierto. Mírala, anónima y endeble, dada a romperse, empotrada en la noche, vela desde tu casa de ladrillos y yo desde mi azotea, más lejana que nunca. Somos demasiado parecidas. Lo cual se explica a partir de un tercero en discordia: un planeta errante, desvirtuado de órbitas, chocó con el nuestro y se hizo añicos en una colisión brutal que ya ha olvidado el universo. De lo que perdió la tierra despedazada, carente de redondez, se formó la luna, hecha de pedacería, desbastada por giros y acrobacias. Y las dos se sostienen, sin coincidir nunca, apenas consonantes, apresadas a una distancia por el abrazo ambiguo de las órbitas, por una gravedad mediana, diametral. Así nosotras en las noches, nos hablamos nuestras voces se tocan y se envuelven en el cobre. Una será siempre el centro de la otra, las dos perfectas en su circunferencia pero ausentes de sí mismas. En nuestra piel se reparten tus células y lo que me has heredado, aunque sea luminoso, me consume. (Elisa Díaz Castelo) * GIANT-IMPACT HYPOTHESIS My body is one end of yours. The red instant of my birth, the dagger of blood, its pleasure or piercing, the body emptying out, placenta conjugating red with shadow. It must be acknowledged: two bodies that once were one can’t have a peaceful origin. Can’t stay intact. The moon, for instance, at which we gape so tactlessly, undressed: I asked you years ago how it was made and you said the earth entrapped it in its gravity and gave it a course, a destination. Not true. Just look at it, anonymous, unstable, given to shattering, embedded in the night, look from your brick house, me on my roof, farther than ever. We’re too much alike. Which any third wheel can explain: a wandering planet, cast out of orbit, collided with our own and smashed into pieces, a brutal wreck the universe has since forgotten. The losses of the ravaged earth, lacking in roundness, made the moon, cobbled out of scrap, roughed down by spins and acrobatics. And they held each other up, not ever overlapping, barely consonant, captive at a distance by the ambiguous embrace of orbits, by a middling, diametrical gravity. Like us talking at night: our voices touch and coat themselves in copper. One will always be the center of the other, both perfect in circumference but absent of themselves. Your cells are doled out in our skin, and my inheritance from you, however luminous, consumes me. (my translation) Elisa's book AN IMPERFECT GEOMETRY is now available as a bilingual edition from Alliteration Publishing.
1 Comment
No posts
Belleza extrema!