Saturday, November 19
LOS DÍAS MÁS FELICES —fueron y serán peronistas— dice un mural a la vuelta de casa una forma de llamar a esta piecita donde habito una ciudad también nueva para mí pero fundada—antes que aquella donde nací, crecí, amé, me separé, perdí— y refundada por el mismo conquistador que allá erigió el rollo en tierras Quiloazas —acá ya está, dijo pero no estaba y se tuvieron que mudar cincuenta años después corridos por las langostas el río y los malones— ¿qué voy yo a fundar en este lugar? me pregunté ante un mural diferente de mosaicos en Santa Fe que mostraba con dos puntos negros las ciudades unidas por un hilito celeste las aguas solo las aguas y esas dos ciudades unidas por el falo de Garay y este monumento pobre en el límite de un barrio cheto y otro picante ahí donde siempre termino yendo en el Parque Garay antes y después de una separación. Dejé a mi primer novio me acuerdo lloré mirando al lago de bordes como cordones de vereda y a los gansos —que dicen que se comen los pibes de la villa— flotar como barquitos a pedal. Se los comen, posta yo lo vi después siete años después ahora con el novio que acabo de dejar vi cómo tres chicos en el verano saltaban a nadar en esa mugre es playo corrían chapoteando al ganso que de tan ganso no supo escapar se quedaba ahí para que lo agarren o atrapen y la patrulla del parque nada los llamé les dije el ganso pobre ganso ¿y los pibes...? me pregunté después ¿si de verdad es para comer? ¿si de verdad alguien en la casa espera que lleven algo? yo no tengo a nadie que espere nada qué espero yo de mí qué esperaron mis novios de mí ¿que me quedara? ¿que me dejara atrapar como el ganso que se hacía el que volaba, pero no puede, pobrecito? por eso mismo es que se queda a vivir en un lugar tan horrible como ese parque. ¡Que se lo coman no más! ¡Que sirva para algo más interesante que decorar la tarde de los que no tenemos hambre! ¡Que se lo coman! Y ahora paso por este mural donde un rodete abraza a Perón y no me quedo ni me quedé camino por unas calles que no conozco y quizás en tres o cuatro años o menos me aburran, no sé pero camino de noche con un paraguas y por eso no llovió y por eso, quizás también nadie me toque porque según un informe estadístico de la federal que circulaba por cadena en los dos mil a las minas con paraguas nadie nos viola o casi nadie los usa ni sale a violar cuando llueve. (Larisa Cumin)